Leones guardianes
Primeramente hay que matizar o ampliar el título de la conferencia, que los ceñía a guardianes de sepulturas, para indicar que también se encontraban custodiando lugares importantes dentro de las ciudades. Los que proceden de sepulturas se colocaban por parejas a los lados de un monumento que se levantaba sobre la tumba de incineración.
Suelen aparecen como fruto de hallazgos casuales, sin un contexto definido, o reutilizados posteriormente y de esta forma han llegado hasta nosotros. Existe una gran concentración en el valle del Guadalquivir. En la zona sur y centro de la península es donde se han encontrado la mayoría de ellos. Por el norte no hay documentación hasta el momento.
La mayoría son esculturas hechas en piedra caliza -se conoce un ejemplar de mármol, en Mérida-, y podrían estar estucados para mejorar su apariencia. El pelo se puede encontrar trabajado de diversas formas. Una melena del tipo radial tiene un ejemplar encontrado en Cádiz, en Punta de Vaca, en las excavaciones llevadas a cabo por Pelayo Quintero Atauri, en las primeras décadas del pasado siglo. Es el más antiguo de los conservados en el museo. El de la fotografía es el que está expuesto en el Museo de Cádiz y procede de El Bosque.
La tipología de los leones responden a dos tipos bien diferenciados; el primero se encuentra echado sobre tierra y el segundo agazapado, echado por la parte delantera y levantado por la trasera. Son muy numerosos los que apresan la cabeza de una pieza con sus garras. La presa puede representar desde una cabeza humana hasta cabezas de carnero, ciervo o toro.
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