En las ciudades con un importante patrimonio histórico-artístico suele pasar que, al cambiar los tiempos, los edificios que fueron propiedad de nobles o ricos comerciantes se transforman adaptándose al mundo actual. En este caso, no creo que haya muchos sitios en donde a esta conocida cadena de restaurantes se entre por una portada de mármol italiano del siglo XVII.
El edificio, que se encuentra en la plaza de San Juan de Dios, mantiene al exterior la distribución típica de la casa palacio gaditana del seiscientos; la planta baja servía para almacenes, la primera y principal para la vivienda del propietario y la superior para el servicio. Actualmente, tras la rehabilitación del edificio, el inmueble lo ocupan once viviendas.
Estas obras descubrieron una gran parte de la portada que estaba tapada por la estructura añadida que tenía el anterior negocio.
La planta baja la ocupó durante muchos años otro establecimiento hostelero; el bar Caleta. Era típico por su decoración relacionada con el mar; de las paredes colgaban salvavidas y toda la barra simulaba uno de los barcos que cruzaban la bahía. Su instalación para cubrir de la intemperie las mesas situadas en la plaza no dejaba ver la parte superior de esta magnífica portada y durante muchísimos años las dos columnas y la decoración de la parte inferior estuvieron ocultas, siendo una grata sorpresa su aparición durante la reforma del edificio.
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Si quiere conocer algo más de la historia del Bar Caleta, Pepe Monforte escribió un artículo muy interesante en su conocida revista gastronómica de la provincia de Cádiz “Cosas de Comé”; http://www.cosasdecome.es/sin-categora/el-bar-del-barco-sin-nombre/#.UtWk2fuE4kg