jueves, 26 de diciembre de 2013

Lápida de Julia Medika

Fotografía tomada del portal CERES
Red Digital de Colecciones de Museos de España
Hace unos meses, con motivo de un ciclo de conferencias dedicado a la mujer, asistí a la de María Dolores López de la Orden, conservadora del Museo de Cádiz, que trató sobre una lápida funeraria encontrada en la calle Santa Cruz de Tenerife y cuya epigrafía nos ofrece el nombre de Julia Medika, un nombre femenino que daría pie a que su en su charla se introdujera en el papel de la mujer en el mundo romano.

En primer lugar comentó que a diferencia de los hombres que tenían tres nombres (praenomen, nomen y cognomen), las mujeres tenían sólo dos; el nomen, que correspondía a la familia -Julia en este caso- y el cognomen -Medika- en el que se vería reflejada alguna cualidad o característica de ella. Sobre esto continuó diciendo que habría que detenerse para tener claro a qué podría referirse este nombre, ya que las mujeres no podían ejercer la medicina tal y como actualmente la conocemos, sino que lo único que podía ser sería una obstetrix (comadrona) y si tenía algo más de conocimiento podría entonces tener más sentido el nombre de Medika.

También podría referirse a una cualidad no científica que entraría dentro del campo de la hechicería; como maga que cura sobrenaturalmente.

Por último, la tercera opción a la que podría referirse ese nombre estaría relacionada con unas bailarinas gaditanas que tenían una gran aceptación y renombre en Roma; las puellae gaditanae.
Estas bailarinas, que ya de ellas y de sus danzas hablaban Marcial y Juvenal, tenían mucho éxito por su erotismo -bailaban casi desnudas- y existen casos en que estas mujeres tienen lápidas cuyo segundo nombre hace referencia a alguna característica por la que era conocida o con la que tenía un especial virtuosismo. Pudiera ser que medika viniera de mhdos, denominación de los genitales, y que por ellos y por el llamativo uso que hiciera con ellos, fuera recordada.

En la lápida, bajo el nombre del que hemos estado hablando, se encuentran las iniciales K.S.H.S.E.S.T. (Kara Suis Hic Sita Est Sit Tibi) A estas iniciales le seguirían otra T de Terra y una L de Levis. La traducción sería; Querida por los suyos, aquí yace. Que la tierra te sea leve.

lunes, 11 de noviembre de 2013

Litografía de la Santa Cueva

Litografía que aparece en el libro de Manuel de la Escalera “Nomenclátor de las calles de Cádiz”, impreso en 1856. En ella aparece la capilla alta, con una curiosa perspectiva del dibujante y litógrafo J. B. Gratry, parecida a la que ofrecería una fotografía actual con un objetivo gran angular.

Las litografías que aparecen en este libro representan con bastante fiabilidad el aspecto real de los monumentos en aquella época. Por ello, me llama la atención que se ve la gran lámpara de La Granja existente actualmente en la capilla, acompañada por otras dos de menor tamaño. La fiabilidad de las representaciones que comentaba anteriormente, me hace pensar que realmente existieron esas otras dos lámparas menores y que, probablemente, serían de la misma o similar categoría que la central.

No he encontrado nada más sobre su existencia o dónde habrán podido ir a parar, pero al menos de esta forma  reflejo esta curiosa información que nos ofrece la litografía, a la espera de encontrar algún otro dato o que alguien nos ayude en este pequeño enigma.

Por cierto, otra curiosidad de la litografía -recordemos que se encuentra en un libro fechado en 1856- es que podemos ver cómo la cúpula no está pintada.
La decoración que ahora presenta se hizo treinta años después, entre 1886 y 1887 a consecuencia de unas obras de restauración del oratorio que incluyeron la pintura de la cúpula. Realizada por el pintor italiano Antonio Cavallini, imita yeserías y causa el efecto de trampantojo, muy celebrado por su perfección en la imitación de los relieves con los juegos de sombras.
Este añadido, que no estaba contemplado en el muy meditado proyecto inicial, desvirtúa para algunos la estética que presentaba la capilla. Tal vez, pudiera ser en esa fecha cuando desaparecieran las otras dos lámparas menores que comentaba anteriormente.

viernes, 30 de agosto de 2013

La Virgen del Rosario y los niños


Como decía en la entrada anterior, la Noche Blanca contó con exposiciones de arte sacro en cada una de las iglesias participantes. En el convento de Santo Domingo, desde el claustro se accedía a la capilla de la V.O.T., donde se expuso una muestra del patrimonio de las dos cofradías que radican en la iglesia y de la Patrona.

Pertenecientes a la Virgen del Rosario se pudieron ver -y así lo destacó el padre Pascual Saturio- unas cajitas, nunca antes expuestas, que se llevaban a su casa las embarazadas y que contenían un rosario de la Patrona junto con un zapatito del Niño Jesús. Después del parto la devolvían al templo.

En la tapadera de las cajas había una hoja que decía: 

Si desea quedarse con la medalla para el niño, se ruega un donativo para la Santísima Patrona. Ella le agradecerá que lleve a su hijo para pasarle por debajo de su manto. 

Esta curiosa costumbre, como otras que se hacían para que la Patrona velara siempre por sus hijos, como la de subir a los niños a su camarín para colocarlos bajo su manto, da testimonio de la devoción que desde hace siglos han tenido los gaditanos a su Patrona.

domingo, 11 de agosto de 2013

Noche Blanca

Virgen del Rosario - Patrona de Cádiz

La Noche Blanca que tuvo lugar ayer en Cádiz, organizada por Cádiz Ilustrada, fue todo un acontecimiento que posibilitó que la difusión del patrimonio ayudara a la salvaguarda de ese patrimonio.

La entrada a las iglesias que participaron en la iniciativa, donde se podía ver una exposición montada al efecto en cada una de ellas, contaba también con la posibilidad de asistir cada hora a una visita guiada en cada templo. Tuve el placer de guiar las visitas al convento de Nuestra Señora del Rosario y Santo Domingo a las 23, 00 h a las 00,00 h y a la 01,00 h de la madrugada.

Fue muy gratificante ver cómo hasta la última visita, a la 1 de la madrugada, estuvo muy concurrida y cómo, en las tres visitas que me correspondieron, la gran cantidad de público asistente estuvo muy atento e interesado en conocer nuestro patrimonio, cosa que les agradecí en persona y les vuelvo a reiterar desde estas líneas.

Esta difusión del patrimonio es lo que intento hacer desde mi blog y, en ocasiones, directamente en los eventos que puedan surgir. Máxime en esta ocasión en el que el dinero recaudado es para el proyecto de recuperación del monasterio de Santa María. Si quieren obtener más información o desean colaborar en el proyecto, les dejo varios enlaces para que puedan visitarlos.


lunes, 22 de julio de 2013

Humildad y Paciencia

En la iglesia de San Agustín se encuentra la admirada talla, obra de Jacinto Pimentel en 1638, del Santísimo Cristo de la Humildad y Paciencia, una representación de Cristo sentado sobre una roca y esperando ser crucificado. El origen de esta iconografía parece proceder de la serie de xilografías de Durero, la Gran Pasión, a inicios del siglo XVI.

Una imagen menos conocida, pero con la misma advocación de la Humildad y Paciencia, se encuentra en el convento de San Francisco, teniendo además la particularidad de ser un Niño Jesús. Tras el Concilio de Trento tuvo mucha aceptación estas imágenes del Niño Jesús pasionario, en las que es representado adoptando momentos de su futura pasión (con la cruz a cuestas o crucificado) o rodeado de atributos de la pasión  (pinchándose un dedo con una corona de espinas o durmiendo sobre una calavera)

Actualmente no se encuentra en la iglesia, porque su ubicación original -donde tomé esta fotografía hace ocho años ya- es una pequeña hornacina sobre la mesa de altar del retablo de San Francisco, que no parecía contar con la seguridad que estos tiempos necesitan, corriendo peligro de desaparecer en cualquier descuido. Por esa razón se encuentra en dependencias interiores del convento, que lo protegen ante su frágil y tierna apariencia.

Tuvo que tener cierta devoción ya que incluso cuenta con alguna estampa que se repartiría a mediados del siglo XX. En esa estampa, que imagino plasmaría tal y como estaría en aquellos momentos, aparece, además de las potencias, con corona de espinas, una caña en la mano y cordón al cuello, alterando y adelantando -como en algunos casos ha sucedido con esta iconografía- el momento que representa, justo antes de la crucifixión, con el de la coronación de espinas.

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Bibliografía

Carmona Muela, Juan. Iconografía cristiana. Akal

sábado, 8 de junio de 2013

Cristo del Descendimiento

Si en una entrada anterior hacía referencia a la milagrosa salvación de la talla de Nuestro Padre Jesús de la Salud tras los incendios provocados en el convento de Santo Domingo en 1931 y 1936, no podemos decir lo mismo del Cristo del Descendimiento, titular que fue de la cofradía del mismo nombre, una imagen del siglo XVII que pereció en el segundo de los incendios de dicho templo.

Establecido en el convento de la Candelaria desde el siglo XVII, el derribo del convento en 1873 le obligó a cambiar de sede, estableciéndose en el convento de Santo Domingo. En el incendio de 1931 se salvó la imagen, que fue trasladada a la parroquia de Santa Cruz. Una vez abierto de nuevo el templo, regresó al convento dominico donde fue pasto de las llamas en el segundo ataque a la iglesia conventual, el 8 de marzo de 1936.

Hoy sólo nos queda parte del rostro, que conserva la cofradía que actualmente radica en la parroquia de San Lorenzo. Fue expuesta y gracias a ello puedo mostrar esta fotografía, en la exposición Pietas Populi Pervivencias, celebrada en el Museo de Cádiz en agosto de 2012.
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Bibliografía

Hormigo Sánchez, Enrique. Semana Santa en la diócesis de Cádiz. Ediciones Gemisa.  

lunes, 13 de mayo de 2013

Señor del Patio


En el Museo taller Litográfico de Cádiz, espacio que cuenta con una magnífica colección de piedras litográficas -más de mil, entre ellas la más grande de Europa y quizás del mundo ya que pesa unos trescientos kilos-  nos encontramos con una que sirvió para difundir la imagen del Nazareno de la parroquia de San Antonio, imagen de escuela genovesa de mediados del siglo XVIII, cuya original advocación es de los Desamparados pero generalmente se le conoce como el Señor del Patio, por el lugar donde se ubica su retablo.

En el terreno que ocupaba el patio original de esta iglesia, se comenzó a construir en 1868 una capilla con destino a sagrario y a su espalda otra para el altar del Nazareno que se veneraba en el claustro. Las obras fueron dirigidas por el arquitecto Fernando Ortiz Vierna y costeadas por una familia gaditana. De esta época es también la barandilla que se colocó en el presbiterio de la iglesia, sustituyendo una anterior de madera, y que se terminó de colocar en 1870.


La capilla de Jesús Nazareno y el patio se inauguraron el 20 de junio de 1871, haciéndose coincidir con los actos que, por iniciativa del obispo de Cádiz, celebraban en la ciudad las bodas de plata del pontificado de Pío IX . Hubo procesión claustral con el Santísimo Sacramento, haciendo estación en la flamante capilla que, extraordinariamente, permaneció abierta hasta las diez y media de la noche.

A los lados del retablo se colocaron dos milagreras de madera barnizadas que actualmente se encuentran en dependencias superiores, formando parte del encantador museo parroquial donde son empleadas para exponer una estupenda colección de casullas, muestra del riquísimo patrimonio en bordados que atesora la parroquia.

En esta piedra litográfica realizada por la Litografía Alemana, fundada por Jorge Wassermann en Cádiz en 1861, podemos contemplar el retablo completo, con la talla de candelero del Nazareno vestido con su túnica bordada y la presentación de la mesa de altar con sus diversos objetos litúrgicos; candelabros, sacras, atril, crucifijo...
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Bibliografía

Rosetty, José. Guía de Cádiz para el año1872. Imprenta y litografía de la Revista Médica. Cádiz 1872

lunes, 22 de abril de 2013

Nuestro Padre Jesús de la Salud


El 6 de abril de 1935 regresaba la imagen de Nuestro Padre Jesús de la Salud a la iglesia del convento de Santo Domingo, tras salvarse milagrosamente del incendio provocado cuatro años antes -poco después de proclamarse la II República- donde no tuvieron tanta suerte la imagen de la patrona y los distintos retablos de las naves laterales. 

La noticia de la vuelta al convento se recogió en el Diario de Cádiz y decía así: “En una noche luctuosa de 1931, las turbas asaltaron el convento de Santo Domingo arrasando todo lo que encontraron a su paso. Aquella noche unas manos piadosas sacaron la imagen del Señor de la Salud de su camarín poniéndola a salvo de las llamas. La imagen solamente sufrió desperfectos en los párpados, que ahora han sido restaurados. La imagen, con una túnica nueva, se encuentra de nuevo en el convento de Santo Domingo”
 
En esta tarjeta postal, procedente de una colección particular, aparece un texto que relata brevemente lo acaecido. En él, refiriéndose a la imagen, dice “que se veneraba en la Iglesia-Convento de Santo Domingo”, lo que da a entender que en esos momentos -retirada para su protección y posterior restauración- no se encontraba al culto. Por tanto, probablemente, la fotografía sea anterior al suceso, de los años 20 (puede ayudar en la datación, el inusual exorno que llevan los ángeles sobre la cabeza) y la tarjeta estaría impresa entre mayo de 1931 (fecha del incendio) y abril de 1935 (fecha de la vuelta al templo).

No podría imaginarse la cofradía que, casi un año después, el 8 de marzo de 1936, incendiarían de nuevo el templo dominico, volviéndose a salvar milagrosamente. La talla -muy retocada por distintas restauraciones- está atribuida a Francisco de Villegas y realizada en la primera mitad del siglo XVII.

miércoles, 13 de marzo de 2013

Visita de Julio César al templo de Hércules


Esta pintura, obra de Federico Godoy, se presentó al certamen que en 1894 convocó la Academia de Bellas Artes de Cádiz con ese tema histórico, común para todos los participantes. Consiguió un accésit y fue comprada por el Ayuntamiento de Cádiz. De esta forma el cuadro estuvo muchos años expuesto en el Museo de las Cortes y actualmente se encuentra en el Centro Cultural Reina Sofía.

La intención al proponer esta temática para el concurso era recalcar la importancia que tenía la ciudad en la Antigüedad. Dentro de los distintos tipos de ciudad que existían en el imperio romano estaba la civitates foederatae, incorporada a Roma mediante un tratado (foedus) que establecía su condición de municipio romano. De las pocas que tuvieron este trato excepcional, se encuentra Cádiz, la Gades romana que, al contrario de otras poblaciones que sufrieron las consecuencias de su beligerancia contra Roma, descontenta con la presencia cartaginesa pactó la entrega de la ciudad. Fue en el 206 a.C. cuando se firmó el foedus, que generalmente era desigual (foedus iniquum) demostrándolo, por ejemplo, que en caso de guerra los gaditanos debían socorrer a Roma sin esperar ningún tipo de compensación.

Gades siempre mantuvo unas buenas relaciones con Roma y su apoyo incondicional en varios momentos importantes, la convirtió en un ejemplo del paso de una civitas a un municipium.

El apoyo a Sila le valió, por la aplicación de la Ley Gelia Cornelia, la concesión a un gaditano -Lucio Cornelio Balbo- de la ciudadanía romana de pleno derecho.

Durante la estancia de Julio César en Hispania, su paso por la zona gaditana y su visita al templo de Hércules fue muy importante, ya que allí se propuso emular a Alejandro Magno -reflexionando ante su estatua- y también conoció la interpretación favorable de sus sueños que le auguraban un exitoso futuro. Además, su amistad con Balbo, que le prestará su apoyo personal y económico, posibilitó que en el año 49 a.C. decidiera conceder a Gades el estatus de Municipium Civium Romanorum, es decir, que ya no solo Balbo sino que todos los gaditanos se convertían en ciudadanos romanos de pleno derecho.
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Bibliografía

Blond Godoy, María Africa. Federico Godoy, su vida y su obra.

Fierro Cubiella, Juan Antonio. Historia de la ciudad de Cádiz. Jiménez Mena Artes Gráficas, SL. 2004

López Melero, Raquel. Breve Historia del Mundo Antiguo. Editorial Universitaria Ramón Areces.

martes, 5 de febrero de 2013

Clausura de la exposición

Sala dedicada a las artes suntuarias y cofradías

El pasado 3 de febrero se clausuró la exposición 225 años de Historia, que desde el 21 de enero ha estado abierta al público en la parroquia del Rosario. Me siento muy satisfecho y agradecido por la acogida que ha tenido y pienso que ha cumplido el fin que perseguíamos; dar a conocer algo más la parroquia y mostrar parte de su patrimonio.

Os agradezco muchísimo el apoyo que he tenido y las visitas que hemos recibido. Tengo la esperanza de que el trabajo realizado se complete y quede constancia con un catálogo que refleje las piezas que tanto han gustado y que nunca antes se habían expuesto. En ello estamos.

miércoles, 23 de enero de 2013

Exposición 225 años de Historia


225 años son los que acaba de cumplir la parroquia de Nuestra Señora del Rosario de Cádiz. El programa de actos, con motivo de esta celebración, comenzó el 20 de septiembre del pasado año y terminará el 19 de septiembre de 2013.

Se contemplaba una exposición -que se ha inaugurado el lunes- con la finalidad de dar a conocer más la parroquia y mostrar parte del patrimonio histórico artístico que ha reunido a lo largo de todos esos años de vida. Comienzo esta entrada con el tríptico de la exposición, donde vienen reflejados los tres espacios que componen el recorrido y la explicación de cada uno de ellos.

La exposición estará abierta del 21 de enero al 3 de febrero de 2013. Guiaré las visitas en el siguiente horario:


Mañanas
De lunes a sábado; visitas a las 11 h y a las 12 h.
Domingo; visita a las 13 h

Tardes
De lunes a viernes; visita a las 18,45 h

Os invito a que os acerquéis para verla y os pido que, como voy a estar allí para mostrarla, no dejéis de saludarme. Estaré encantado de conoceros y poder agradecer personalmente vuestras visitas a este blog.

domingo, 6 de enero de 2013

Otro bicentenario


Cada año, por un motivo u otro, puede tener lugar una conmemoración. En éste, por ejemplo, se cumple otro bicentenario, en este caso el de la acuñación de esta moneda en Cádiz en 1813, pieza que traigo al blog procedente de una colección particular y que me permitirá hablar sobre ella.

El año pasado celebrábamos el bicentenario de la proclamación de la Constitución de 1812, pero no hay que perder de vista que ese hecho se daba en una ciudad sitiada por los franceses y en plena guerra. Guerra que seguía el año siguiente y que mantenía la situación de excepcionalidad en determinados asuntos. Uno de ellos es la acuñación de moneda, que desde Sevilla se trasladó a Cádiz por orden de la Junta Suprema el 25 de enero de 1810, ante la proximidad de las tropas francesas. La Casa de Moneda se ubicó en unos talleres instalados en dependencias anejas al Hospicio, frente a la playa de la Caleta. Estos talleres tendrían acceso por la calle de la Rosa y correspondían al edificio donde esta ubicada actualmente la Facultad de Ciencias del Trabajo.

Aunque Cádiz fue una de las primeras ciudades de España en acuñar moneda, en el siglo III a.C., no lo volverá a hacer hasta estos momentos en que tendrá un importante papel en la historia. Mientras que en Madrid se acuñaban monedas con la esfinge de José Bonaparte como rey de España, en Cádiz se acuñaba la moneda que llevaba el busto del deseado Fernando VII. La acuñación se efectuaba con la maquinaria traída de otras fábricas de moneda, pero ya con la ceca de Cádiz. La C coronada que aparece en el reverso, al lado izquierdo del escudo, es la correspondiente a Cádiz y simboliza que era sede de la Soberanía Nacional por ser residencia de las Cortes. Se acuñaron piezas de plata y de oro, pero no de cobre.
 
Las letras C-J que aparecen a la derecha del escudo son las iniciales de los ensayadores de la Casa de la Moneda, cuya misión era garantizar la ley de las monedas, es decir, que la cantidad de metal en cada pieza fuera la prevista según la normativa legal. Se utilizaban las iniciales de los nombres y generalmente eran dos ensayadores por acuñación. La C corresponde a Carlos Tiburcio de Roxas que provenía de la fábrica de Sevilla y a la que volvería posteriormente y la J a Joaquín Delgado Díaz, también destinado a la ceca sevillana. Hay una variante en los ensayadores, apareciendo C-I en otras ocasiones, siendo C la inicial del mismo ensayador comentado anteriormente y la I corresponde a Ildefonso de Urquiza, ensayador que provenía de la ceca de Madrid. La fábrica de moneda en Cádiz estuvo en funcionamiento desde 1810 a 1815.
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Bibliografía
Artacho Vento, Rafael. Ensayadores de Fernando VII. Boletín Filamiño, número 44. Septiembre 2011
Pérez Sindreu, Francisco de Paula. La Casa de la Moneda de Sevilla. Su historia. Fundación Fondo de Cultura de Sevilla. Universidad de Sevilla. 1992
Ponce Cordones, Francisco. La Casa de la Moneda en Cádiz. Diario de Cádiz 27 de junio de 1982
Ponce Cordones, Francisco. Las monedas de Gades. Ediciones de la Caja de Ahorros de Cádiz. 1980

Moisés ante la roca de Horeb

En Cádiz he localizado dos versiones de la pintura de Murillo "Moisés ante la roca de Horeb", obra que se conserva en el Hospital...