
domingo, 20 de febrero de 2011
Inmaculada del Cabildo Municipal

domingo, 30 de enero de 2011
Epitafio de gladiador

En la conferencia, perfectamente estructurada, nos habló sobre su hallazgo, traducción y datación, y la importancia del mundo de los gladiadores en todo el imperio romano y evidentemente también en la Gades romana.
La lápida, datada en el siglo I d.C., fue hallada en 1932 por Pelayo Quintero Atauri, en las excavaciones que se practicaban en la zona de extramuros, cerca de la Fábrica Nacional de Torpedos, lugar por donde se extiende la antigua necrópolis gaditana. Se hallaron cuatro epitafios más en el yacimiento que descubrió un hipogeo fenicio sobre el cual se levantó un columbario romano.
La inscripción esta grabada sobre una placa de mármol blanco, de la que se conserva solo dos fragmentos de la parte superior. La completaban otros cuatro trozos que se han perdido, pero se conserva una fotografía de la pieza completa hecha en 1960.
La transcripción es la siguiente:
GERMANVS
SAMNIS IVL(ianus) XIIII
(nati)ONE GRAECA
ANNO(rum) XXX H(ic) S(itus) E(st)
Traducción:
Aquí yace
el Samnita Germano
de la escuela Juliana
que venció 14 veces
griego de nacimiento
muerto a los 30 años.
Esas breves líneas esconden una gran cantidad de datos que, conociéndolos, hacen que podamos comprender y apreciar este epitafio en toda su amplitud. Y esa fue la labor de Eduardo que, cumpliendo a la perfección con ese cometido, nos dio detalladas y amenas explicaciones que muy resumidamente expongo a continuación.
Samnita es un tipo de gladiador que tenía unas características propias en su atuendo de lucha; casco con visera, espada, escudo grande y protección en la pierna izquierda.
Juliano, por pertenecer a la escuela llamada Iuliana de gladiadores, que Julio César fundó en Capua, donde se preparaban a los luchadores que irían a combatir por los distintos anfiteatros.
Germano, no era su origen ni su verdadero nombre. Posiblemente se le pusiera como atractivo por las características luchadoras de esos pueblos que en el año 9 d.C. inflingieron una severa derrota a las legiones romanas de Publio Quintilio Varo en Germania.
En la Hispania romana la mayor concentración de espacios públicos donde se producirían combates de gladiadores se daba en la Bética. Dentro de las ciudades de primera categoría para estos espectáculos se encontraba Cádiz, con su anfiteatro, localizado según los dibujos de Wyngaerde en el siglo XVI y otros autores, en la zona comprendida entre las Puertas de Tierra y el barrio de Santa María. En aquella época todavía quedaban restos plasmados en el desnivel del terreno que fue utilizado como huerta, siendo conocida por la Huerta del Hoyo.
A pesar de las excavaciones arqueológicas que se han ido practicando por las zonas adyacentes, no se han localizado todavía sus restos. De todas formas habría sido casi totalmente desmontado para la utilización de sus piedras en otras construcciones durante la Edad Media.
Lo que sí parece evidente es que la nueva ciudad romana de Gades, edificada por Balbo, que contaba con un gran teatro –actualmente en excavación y uno de los más grandes del imperio- contaría también con un anfiteatro de similar categoría en el que se ofrecerían luchas de gladiadores y que nuestro personaje, Germano, lucharía en él. A su muerte se le grabó este epitafio.
Es imposible reflejar en este espacio la cantidad de interesantísimos datos que Eduardo fue desvelando; los distintos tipos de gladiadores que existían, el negocio tan fabuloso que generaban, las ganancias que llegaban a obtener tras los combates, las distintas escuelas...Pero no quiero dejar en el tintero algo que nos gustó especialmente por el trasfondo tan humano que encierra. Ya en el transcurso de su charla, Eduardo nos comentó que no era incompatible ser gladiador con la familia, de hecho casi la mitad de los epitafios estaban costeados por la mujer del gladiador o familiares. Un detalle conmovedor de esta lápida es que, posteriormente, algún allegado o familiar, grabó con un punzón las letras de la tercera línea -que son mucho más pequeñas que el resto y su grabado menos profundo-, que indican su verdadera nacionalidad, con la intención de que se conociera y no se perdiera el verdadero origen de este luchador; de nación griega. Y lo consiguió.
sábado, 11 de diciembre de 2010
Inmaculada (Francisco Rizzi)

Hoy, en el ecuador de la octava de la Inmaculada, quiero traer una obra alusiva a esta festividad. De las muchas obras de arte que existen en Cádiz sobre esta iconografía, he elegido este cuadro que se expone en el Museo de Cádiz. Se encuentra en la sala dedicada al barroco español y es la Inmaculada Concepción, pintada por Francisco Rizzi en su última época, hacia 1680.
Fui para hacerle la foto que subiría al blog y me encontré con el enorme hueco que deja en la pared su ausencia. Tendré que poner provisionalmente una foto de la obra perteneciente a un folleto informativo del Museo de Cádiz. Se me han adelantado. Quería comentar la calidad e importancia de esta pintura y ya como tarjeta de presentación, puedo decir que se encuentra dentro de una gran exposición, actualmente en Madrid, titulada “Pintura de los Reinos: Identidades compartidas en el mundo hispánico”, que refleja a través de más de un centenar de piezas la relación cultural de Europa, especialmente España, con los virreinatos americanos en los siglos XVI al XVII a través del lenguaje pictórico.
La muestra se puede visitar simultáneamente en el Palacio Real de Madrid y en el Museo del Prado, del 26 de Octubre de 2010 al 30 de Enero de 2011. Posteriormente se presentará en la Ciudad de México, en el Palacio de Cultura Banamex (Palacio de Iturbide), del 2 de Marzo al 30 de junio de 2011.
El Palacio Real de Madrid, como sede principal de la exposición, acoge la mayor parte de las obras (68) en tres ejes temáticos. La primera parte trata el estudio de la “la formación de un lenguaje común”; es decir, cómo se gestó la pintura española de los siglos XVI y XVII, nutrida principalmente de la italiana y la flamenca. En esta primera parte de la muestra es donde se encuentra ahora nuestra “Inmaculada Concepción". (1)
¿Cómo nos llega a Cádiz un cuadro de la escuela madrileña y de unas dimensiones tan considerables?
La respuesta es que este lienzo estuvo en el Museo Nacional de Pinturas, más conocido como Museo de la Trinidad por el edificio que lo albergaba, el convento de la Trinidad Calzada de Madrid, creado como consecuencia de la desamortización de Mendizábal en 1835. Por Real Orden, en 1836 se constituyó una junta que se encargaría de los objetos artísticos de los conventos desamortizados. Casi dos años después se dispuso organizar un Museo Nacional que reuniese las obras procedentes de los conventos desamortizados de Madrid y provincias limítrofes (posible origen de la obra que comentamos)
Tal era la cantidad de obras -en un primer inventario se contabilizaron algo más de mil setecientas- que se encontraban en realidad en una situación de almacenaje y, en muchos casos, de abandono. De hecho se perdieron para siempre casi la mitad de lo inventariado. Esta situación continuó hasta que en 1870 se suprimió este museo y se adscribieron sus fondos al Museo del Prado. En realidad solo se incorporaron una mínima parte, una selección. La mayoría se distribuyó por varios lugares de la geografía española, cediéndolas en depósito a museos provinciales, diputaciones, ayuntamientos, iglesias urbanas y rurales, Sociedades Económicas de Amigos del País, Ministerios e incluso particulares, lo que en muchos casos supuso también el descontrol y pérdida de otras tantas obras. (3)
En nuestro caso, la Inmaculada de Rizzi, tiene el número 238 del Inventario de repartos, y fue cedido al Museo de Cádiz en febrero de 1879. (4)
Desde aquí deseamos que sea admirado y valorado por miles de personas, y esperamos su vuelta para el próximo verano.
(2) Reseña biográfica. Museo de Cádiz.
(3) Hernando Carrasco, Javier. Las Bellas Artes y la revolución de 1868. Pág. 57. Universidad de Oviedo. Servicio de Publicaciones. Departamento de Historia y Artes.
(4) Catálogo del Museo Provincial de Bellas Artes de Cádiz. Pág. 105. Madrid 1964
domingo, 21 de noviembre de 2010
Cabeza de Germánico

Comenzó con una clase práctica de cómo conocer qué personaje puede ser el representado cuando aparece solamente una cabeza y no tenemos más datos para poder identificarlo.
Primeramente, habría que ver el tipo de material utilizado, mármol blanco en este caso, pero de un grano fino. Este dato es bastante relevante porque probablemente proceda de una cantera romana. Pero vendría solo el material ya que la obra se realizaría en un taller asidonense. Estos talleres provinciales no acababan las obras con la perfección de los romanos, con notables descuidos y ahorro de trabajo en zonas fuera de la visión del espectador (por detrás de la cabeza, el pelo está muy poco tallado)
Otra información que podemos extraer de la pieza es que la parte de abajo del cuello indica que sería una cabeza para colocar en un cuerpo, posiblemente togado, ya que iría en el hueco que se deja para encajarla y que disimulan los pliegues de la toga. No se podría hacer esto si fuera una figura desnuda o heroizada, ya que la unión entre el cuello y el cuerpo sería imposible de disimular.
También nos enseñó a calcular, teniendo solo la cabeza, cuanto mediría la estatua completa. Se realizaría midiendo desde la terminación del flequillo hasta la barbilla y esa medida se multiplicaría, redondeando, por ocho. Por cierto que el flequillo, el pelo en general, tenía una forma de peinado concreta para cada personaje. En concreto Germánico, en todas sus esculturas, tiene un flequillo que forma un pico en su parte central, dirigiéndose a cada lado los mechones laterales.
La cabeza formaría parte, junto a las de Druso y Livia, de un grupo escultórico que representa a parte de la familia Julio-Claudia, la domus augusta, encargado por las élites provinciales en los primeros antecedentes del culto imperial y como propaganda de un programa político ideológico, ya que las figuras representadas formarían parte de una deseada sucesión dinástica.
lunes, 15 de noviembre de 2010
Leones guardianes

Primeramente hay que matizar o ampliar el título de la conferencia, que los ceñía a guardianes de sepulturas, para indicar que también se encontraban custodiando lugares importantes dentro de las ciudades. Los que proceden de sepulturas se colocaban por parejas a los lados de un monumento que se levantaba sobre la tumba de incineración.
Suelen aparecen como fruto de hallazgos casuales, sin un contexto definido, o reutilizados posteriormente y de esta forma han llegado hasta nosotros. Existe una gran concentración en el valle del Guadalquivir. En la zona sur y centro de la península es donde se han encontrado la mayoría de ellos. Por el norte no hay documentación hasta el momento.
La mayoría son esculturas hechas en piedra caliza -se conoce un ejemplar de mármol, en Mérida-, y podrían estar estucados para mejorar su apariencia. El pelo se puede encontrar trabajado de diversas formas. Una melena del tipo radial tiene un ejemplar encontrado en Cádiz, en Punta de Vaca, en las excavaciones llevadas a cabo por Pelayo Quintero Atauri, en las primeras décadas del pasado siglo. Es el más antiguo de los conservados en el museo. El de la fotografía es el que está expuesto en el Museo de Cádiz y procede de El Bosque.
La tipología de los leones responden a dos tipos bien diferenciados; el primero se encuentra echado sobre tierra y el segundo agazapado, echado por la parte delantera y levantado por la trasera. Son muy numerosos los que apresan la cabeza de una pieza con sus garras. La presa puede representar desde una cabeza humana hasta cabezas de carnero, ciervo o toro.
domingo, 24 de octubre de 2010
Dama de La Algaida

Apareció en la campaña de excavaciones practicada entre los años 1978 y 1984, donde apareció también el pebetero del que hablamos en el mes de mayo. Parece ser que la zona era un área sagrada a cielo abierto, un bosque sagrado. Su dedicación a una diosa femenina –Astarté posiblemente- y su relación con el entorno marítimo, como protectora de la navegación, explica este tipo de exvotos. El santuario, a juzgar por los numerosos materiales que se hallaron en él, pudo recibir culto desde el siglo V a.C. hasta el III-II a.C. y a esta pieza se le pueda aplicar igual cronología.
Esta estatuilla realizada en arcilla, con molde, de unos 21 cm. de alto, puede proceder de un taller occidental –sito en Cádiz o en la bahía- que satisficiera la demanda de exvotos. En Cádiz, recientemente, ha aparecido una pieza similar aunque partida –sólo se conserva la parte superior, correspondiente a ambas cabezas- y son prácticamente idénticas.
domingo, 26 de septiembre de 2010
Sarcófago antropoide femenino

Nos contó cómo fue una gran sorpresa hallar otro sarcófago y encontrarlo en un lugar –un solar de unos 2.000 m2 – en el que las correspondientes catas no indicaban la presencia de restos arqueológicos, ya que se constataba un subsuelo de arena limpia. Por eso ya actuaban las máquinas que retiraban el terreno para la cimentación del nuevo edificio y una de ellas fue la que partió la parte baja del sarcófago y lo encontró al mismo tiempo.
Tras una minuciosa limpieza, que se efectuó en el Museo, en el interior se encontraron restos del tejido que envolvió el cuerpo, un escarabeo representando un joven disparando con una onda y cinco colgantes con forma de cobra pertenecientes a una pulsera. También se hallaron unas pestañas de bronce y cuatro clavos del mismo material que pudieran cerrar una estructura de madera.
Sobre la forma de este tipo de sarcófagos, Corzo indicó que tienen un origen egipcio y mostró una serie de ellos, donde en la tapa además figuran unas inscripciones jeroglíficas. Éstas pedían que no se profanara -ya que no había nada de valor- y respetaran su descanso. Esta tradición la recogen también los fenicios ya que los dos sarcófagos gaditanos contenían un ajuar bastante escaso.
Los sidonios encargaron la realización de este tipo de sarcófago a los artistas griegos, más cercanos y seguramente más económicos. Resulta así un trabajo griego pero con las características egipcias; forma humana con el rostro del personaje. Lo que sí es muy singular es la decoración de la tapa, que tiene labrado además de la cabeza con un peinado típico de bolas jonio, los brazos –sujetando uno de ellos un alabastrón-, los pies y excepcionalmente también los senos, correspondientes a la figura femenina representada.
Con el aforo completo –nunca he visto cosa igual- y un gran ambiente en el Museo, se celebró así el particular aniversario del descubrimiento de una de las piezas más emblemáticas de la arqueología de Cádiz.
Moisés ante la roca de Horeb
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